3 diciembre 2024

Ávila Secreta

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Historia de Ávila en forma de carteles

Estos rótulos nos hablan de un pasado no muy lejano y que, en muchas ocasiones, lucha por seguir siendo presente en forma de comercio tradicional. Hoy hacemos un repaso por algunos de los rótulos que aún sobreviven

Quién dice que la Historia reposa sólo en los libros? ¿O que se percibe únicamente en los monumentos de personajes ilustres o en las fachadas de imponentes catedrales? La Historia así, engrandecida con hache mayúscula, se escribe en infinidad de espacios y rincones, aunque sean humildes o puedan pasar incluso inadvertidos a los apresurados ojos de los turistas, ávidos por encontrar en su deambular la foto perfecta.
Ávila, con su orgulloso pasado y su necesaria presencia en ialgunas de las páginas más importantes de esa Historia de la que hemos empezado hablando, sabe mucho de esas perlas escondidas. Tiene unas cuantas. Y nos hablan bajito al pasar cerca de ellas de lo que fuimos y de lo que somos. Sólo hay que saber escucharlas. Y estar antentos para levantar la vista y descubrir que el pasado de Ávila sigue siendo presente y que, en cierta medida, defiende una forma de vida casi casi perdida, pero que se aferra, incluso con desesperación, al difícil siglo XXI que atravesamos.
Y se mantiene en forma de rótulos que, o bien se niegan a desaparecer, luchando contra el paso inexorable del tiempo; o que se encargan de mantener con vida los propietarios de comercios de esos que llamamos ‘de siempre’, héroes sin capa. Náufragos de un tiempo que ya no existe pero que, gracias precisamente a ellos, todos podemos saborear en cualquier momento.
En el primero de los casos encontramos, por ejemplo, el rótulo de la Fábrica de Hielo de la calle Isaac Peral. Hoy resulta hasta complicado imaginar cómo sería la vida sin un frigorífico en la cocina. Pero ese cartel nos habla de una época no muy lejana en la que las fresqueras (las ‘abuelas’ de nuestras modernas neveras) necesitaban bloques de hielo para enfriar los alimentos.
Esos bloques de hielo (nos cuenta el buen conocedor de la Historia reciente de Ávila, amigo y compañero de Diario de Ávila, Juan Ruiz-Ayúcar) salían de fábricas como la del señor Eloy Esteban Ubero, que llevaba a tascas, restaurantes y viviendas el hielo en bloques, (a mitades o enteros). Todo un lujo en muchos hogares.
Este cartel, por cierto, es además la ‘puerta de entrada’ a otro capítulo de la historia de Ávila, éste algo más antiguo: el del acueducto de Ávila, escondido en el patio de esta vivienda y al que, por desgracia, no se tiene acceso a día de hoy.
Como tampoco se puede entrar ya a un restaurante que en su día revolucionó la hostelería abulense y del que nos queda su recuerdo en forma de rótulo en las alturas del edificio que, a modo de tabique’, divide la avenida de Portugal y la avenida de Madrid.
Hablamos de ‘La Cochera’. Aunque originariamente no fue ésa su ubicación. Nos cuenta Juan que fueron los Zapatera, una familia de constructores abulenses, los que se encargaron de levantar la mayoría de los edificios de esa arteria de la capital. Y que fueron ellos también los que abrieron junto a las cocheras de ‘La Serrana’, la empresa de autobuses que recorría la provincia de Ávila, un restaurante al que bautizaron precisamente así, ‘La Cochera’.